Trabajar en Comunidad Esperanza me ha enseñado el corazón de Dios. En un principio, como misioneros vamos con la idea de bendecir a los demás pero la realidad es que cuando hacemos la voluntad de Dios, El nos termina bendiciendo con el amor que los demás nos comparten. Comunidad Esperanza más que un proyecto es un trabajo en Familia, donde damos a conocer a Jesús por medio del Amor; trabajar con niños es el mejor trabajo y la mejor experiencia que he tenido y como dice Dios en su palabra, “de los tales es el Reino de Dios” me siento privilegiada de formar parte de esta bendición. La tarea es grande, pero la recompensa que recibimos cada día de parte de Dios es aun mayor. En algunas ocasiones el cansancio nos vencía y creíamos que las fuerzas se nos acaban, pero en esos momentos sentimos el abrazo de Dios y el recordatorio que nos hace en su palabra que El estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. El renovaba nuestra fuerza y recordábamos que nuestro trabajo no era en vano; al volver mi mirada hacia los niños, yo sabia y tenia la certeza que el trabajo y el esfuerzo no era en vano, valía la pena! sabia que esos niños conocerían el amor de Dios y eso valía la pena y tomando en cuenta también que es la mejor tierra donde podemos trabajar y sembrar la semilla del evangelio pues sus corazones son sensibles al amor de Dios. Creo que los niños que están escuchando de Dios, son y serán la nueva generación que se levantara en Senegal. Por eso estoy más que segura que Comunidad Esperanza esta pensada y sembrada en el Corazón de Dios
